Y hoy no es diferente
Siento siempre una necesidad imperiosa de tocarte, de acariciarte la piel que forma tu figura.
Escurrir mis manos suavemente bajo la ropa que cubre tu espalda, deslizarlas hasta tu pecho y quedarme ahí… ahí en un abrazo que te envuelve con todo mi cuerpo y te hace sentir muy cerca de ti.
Respirando en un mismo tiempo, moviéndonos en un solo ritmo, rozándonos en una sola piel, y uniéndonos en un solo cuerpo.
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